Me recomendaron por varios frentes este libro, en realidad fue la trilogía que ha creado, donde este es el primero, no había tenido tiempo de leerlo y me regalaron el primero, un regalazo que obviamente agradecí y comencé a leer casi el mismo día, dejando lo que estaba a medio. Pensaba leer un poco y retomar lo que tenía para acabarlo y luego continuar con este.
Pero es que una vez que empiezas con este libro no quieres dejarlo, nada más empezar hay el que posiblemente sea el asesinato más llamativo (por la forma que es hecho) de toda la saga. Obviamente cuando lees eso no puedes dejarlo y eso me llevo a terminarlo en dos días. Dos días en los que disfrute con cada capitulo, con la forma de llevar la investigación por parte de la inspectora Elena Blanco.
Elena Blanco es la jefa de la Brigada de Análisis de Casos, un departamento encargado de los crímenes más complicados. En este caso tenemos a una joven de descendencia gitana que es desaparecida el día de su despedida de soltera. Zarate (que es de los policías que primero llega al lugar donde se encuentra el cuerpo) hace todo lo posible para estar dentro de la investigación en el grupo de la inspectora. Van aconteciendo las pistas que le lleva a unir el caso de Susana con el de su hermana Lara. También vemos la peculiar vida de la inspectora, esa vida basada en karaoke y grappa, poco a poco descubrimos rasgos de su personalidad y porque ha llegado al nivel que esta.
El caso es complejo y sin duda esta escrito de una forma tan concienzuda y escabrosa que a mi opinión dan al libro un alto nivel. Me ha gustado mucho y lo recomendaría sin dudarlo.
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