Si empiezas con la trilogía de Carmen Mola no la dejas hasta que terminas los tres libros, eso es lo que me paso a mí. Empecé con el primero y nada más terminarlo comencé el segundo. Se queda muy interesante el primero después de descubrir la identidad del asesino de la novia gitana, pero en la investigación de esto salen a la luz ciertos detalles de una organización llamada la Red Púrpura, una red que parece tener en sus filas al desaparecido hijo de la inspectora.
Con esta premisa comienza el segundo libro, en la búsqueda que una madre, a la par que inspectora, realizará para buscar a su hijo desaparecido. En este tomo nos metemos mucho más en la vida de la inspectora Blanco de la que en el primer libro nos empezaron a dar datos, pero que no llegamos a conocer del todo.
Cada vez que se investiga más esta red más cosas macabras y alucinantes salen a escena, sigue con su forma de escribir relatando todo lo macabro que tanto me atrajo en el primer libro, parece que estás dentro de la escena, de asco o no te mete en el personaje y la situación, eso es algo de agradecer cuando estas leyendo una historia.
Veremos como acaba esta historia entre la inspectora y su hijo desaparecido y como todo le afecta más de lo que incluso ella misma podía esperar.
Es un gran libro, que hace coronarse a la Carmen Mola después de un gran primer libro, esta continuación que para mí mejora la predecesora es una gran puesta en escena de una gran escritora.
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8,5/10
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